Monstruos en el armario.

Que no hay monstruos en el armario, lo tengo muy comprobado. Ni Papá Noel te vigila para ver todo lo malo que has hecho a lo largo del año o incluso sigues haciendo. Lo siento pero, ni siquiera existe. Sé que los malos son muy malos, y que a veces, hasta los más buenos no son tan buenos. Créeme, que he aprendido que los conciertos están para dejarse los pies, la espalda y la voz, igual que lo son las mejores noches de juerga con tus amigos. Que los besos a escondidas saben mejor y que los que son dados con amor, no se pueden explicar con palabras. Que un baño de agua fría a veces sienta tan bien como uno de agua caliente. Que el mundo está plagado de personas agradables, y a la vez, de personas que no merecen ni ser llamadas personas. Ahora sé que no hay calcetines para el pie izquierdo, ni para el pie derecho y que no hay mejor sensación que ponerse unos nuevos todos los días. Que los tacones a las cuatro de la mañana en una fiesta ya no están en los pies. Que las medias se rompen antes de salir de casa o en el proceso del mismo, y que el pintalabios rojo no se borra de las camisas blancas. Pero lo más importante es que de siete días que tiene la semana, yo te quiero ocho.


JuliaNeztel

@LiaNeztel

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